Santo Domingo. – El analista económico Henri Hebrand dijo que al elevar la calificación crediticia del país desde “BB-“ a “BB”, S&P primero se reconoce los excelentes resultados de la economía dominicana que habrá logrado cerrar con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en torno al 5.0%.

Dijo que eso se debe gracias al sólido desempeño de los sectores generadores de divisas (turismo, zonas francas, remesas e inversión extranjera), lo que ha permitido también una sensible apreciación del peso dominicano frente al dólar estadounidense.

“Sin duda alguna, no podía terminar de mejor manera este año económico 2022 tan convulso, tan complejo, tan incierto, y sin embargo tan positivo para la República Dominicana”.

Sostuvo que mejorar la calificación reconoce que las respuestas bien coordinadas frente a la subida de la inflación han tenido su buen resultado con una tasa de inflación que empezó a ceder a partir de mitad de año y con perspectiva de cerrar el año 2020 en torno al 7.0%, una de las tasas de inflación más baja de la región.

“S&P reconoce las excelentes perspectivas de crecimiento para 2023, muy cerca de los niveles relativamente altos alcanzados durante 2022, lo que contrasta netamente con las proyecciones del resto de la región que fueron fuertemente revisadas a la baja por el FMI, por la CEPAL o por la OCDE”.

Indicó que más allá de esos merecidos reconocimientos, la decisión de S&P tendrá efectos positivos de corto y mediano plazo para toda la economía dominicana: en primer lugar, la subida de la nota-país va a permitir nuevos flujos de inversión foránea en 2023, lo que se traducirá a su vez por más y mejor crecimiento no solo en 2023, sino también en los años siguientes por los flujos de producción adicional permitidos por estas nuevas inversiones.

 Más crecimiento, que quiere decir también más y mejores empleos.

Manifestó que en momentos cuando, muy legítimamente, preocupan los impactos esperados de la fuerte ralentización por producirse en los Estados Unidos en 2022-2023, esta mejor nota bien pudiese generar las inversiones adicionales que logren compensar esta desaceleración.

Precisó que no menos importante será el impacto muy favorable sobre las tasas de interés que debería de haber pagado la República Dominicana en sus nuevas emisiones de títulos de deuda en 2023: la mejora de la nota significa una caída hasta sensible de la tasa necesaria para emitir los próximos bonos soberanos de enero o febrero 2023, lo que se  traduce a corto y mediano plazo por una menor carga financiera y un menor déficit fiscal, liberando recursos del presupuesto para las prioridades más relevantes para los ciudadanos: salud, educación y vivienda.

Expresó que ese costo más bajo de financiamiento será extensible también al sector privado, ya que, al bajar el riesgo-país, las futuras emisiones de deuda de las empresas dominicanas se harán a costos inferiores a los de hoy.

“Ahora bien, para seguir esta tendencia tan positiva a la mejora de la nota de riesgo del país, la República Dominicana tendrá que retomar la agenda de reformas estructurales, y con esto en mente, buscar alcanzar dentro de unos pocos años el tan cotizado “grado de inversión”.

“Queda la inmensa satisfacción de que los esfuerzos conjuntos desde el gobierno, desde el sector privado y desde la misma sociedad habrán recibido su muy justo reconocimiento: gracias a la nota de S&P no solo le llegó la Navidad 2022 a República Dominicana, sino que los Reyes de 2023 también se nos adelantaron”.


DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí