Por: Lucy Payano

"Bonita tú que le gritas al mundo las cosas que no quiere escuchar. Bonita tú que con tu valentía derribaste los muros con los que trataron de encerrarte." 

(Edisson A. Cajilima Márquez) 

Todos tenemos una historia que contar, ya sea propia o ajena. Cautivamos o persuadimos a través de ella; ésta, bien puede o no, ser grandiosa, trágica o lamentable, a la hora de ser escuchada o leída. El objetivo de este relato es narrar la vida de una usuaria en silla de ruedas. Una que no se detuvo, sino que decidió cambiar su destino. Al iniciar este vuelo pretendo contribuir al desarrollo de un panorama socialmente inclusivo; invitar a la reflexión y concientización sobre la situación de discriminación que sufren a diario las personas con algún tipo de discapacidad. 

Este escrito va más allá de lo que en ocasiones ha sido contado. Mucho se ha hablado    sobre ella. Una experiencia de vida real, con un daño irreparable, capaz de ilustrar a cualquier persona para enfrentar y superar los desafíos de manera optimista. Además, refleja en ella que, aún en medio de turbulencias, hay una luz que nos guía para obtener valiosas herramientas, a utilizar en el camino de la nueva vida.

Paloma Bonilla, madre a sus 19 abriles, con una hija de 17 años; joven, trabajadora, mujer que gozaba de un estilo de vida plena. Esto es: caminar, vestirse, bañarse, ir a fiestas con sus amistades; participar de actividades infantiles, acostarse, levantarse de una cama o una silla, entre otras actividades básicas. Todo era gozo antes de…

Sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos, la vida le cambió por completo. La Paloma quedó atrapada con una discapacidad desde octubre del 2013, luego de una negligencia médica. Su médula fue perforada en una cirugía, donde se le pondrían varillas y tornillos para fortalecer su columna, porque estaba siendo afectada por un tumor benigno, dejándola parcialmente parapléjica. Todo parecía acabarse…

No obstante, como una usuaria con discapacidad, ha enfrentado muchas barreras. Con 11 años viviendo con su nueva condición, la valiosa mujer ha visto que muchos son los obstáculos y la falta de empatía que todavía existe hacia las personas como ella.

Vale resaltar que, ningún tipo de discapacidad debe ser motivo de discriminación. A pesar de ello, el   problema de la inclusión social para personas en este estado, en el país aún sigue siendo un tema de merecida atención, ya que resulta difícil para quienes la sufren. Sin importar su edad, condición física o estatus social, debe procurarse la aplicación de la Ley No. 5-13, sobre Discapacidad en República Dominicana, que consagra sus derechos.

 

El número de personas con discapacidad se incrementa cada vez más, y muchas son las barreras arquitectónicas que enfrentan los individuos con capacidades diferentes para ser independientes, pero peores son aquellas barreras actitudinales, esas que incluyen muchas veces preguntas inoportunas, falta de consideraciones y oportunidades laborales.

Esta reseña pretende provocar cambios de mejora en nuestro país; romper con los diversos prejuicios que subsisten en la actualidad; inspirar acciones de respeto e igualdad por los derechos de este sector de la población.

Aunque existen casos de integración laboral de personas con discapacidad o movilidad limitada, Paloma no es la excepción. Ha sido lastimosamente discriminada en su búsqueda de empleo en empresas dominicanas. La discriminación laboral de la sociedad en estos casos ruge muy fuerte.

Ella, decidida a continuar, no se dejó abatir. En su vida laboral sobre ruedas, se convirtió en la primera influencer con discapacidad en República Dominicana, destacándose como creadora de contenidos de “Farándula Rosa”, en su espacio llamado “@Detodounpocord2”, un proyecto que en principio utilizó como un mecanismo de distracción, en su primer año lidiando con sus limitantes.

Esta dinámica se convirtió en parte vital de su vida, y de gran ayuda económica. Le abrió las puertas para incursionar en medios de comunicación nacionales, radiales y televisivos, con el segmento de farándula, en programas como: “La alarma de la mañana”, de Freddyn Beras y otros”; “Mujeres al Borde”, de Ingrid Gómez; “Así es Raúl Grisanty", y “Dando en la Diana”, con Diana Filpo. En ocasiones, ha tenido la oportunidad de ser la imagen comercial de distintas marcas de productos dominicanos, dejando ver que su condición no la limita, sino que la empuja a demostrar que, aun así, se puede.

La historia de “Un vuelo especial llamado Paloma”, nos llama a reflexionar en torno a que la discapacidad no es una limitante para emprender importantes proyectos y desarrollarnos como personas. Esto debe provocar una necesaria atención, para dar todo el apoyo, tanto familiar, como de amigos y allegados, a la persona afectada. Con ese amor y protección ha contado la brillante y encantadora mujer de vuelo, Paloma Bonilla.

A sus 36 años, madre y esposa, este vuelo hecho mujer, Paloma, permanece en silla de ruedas, una experiencia que califica como altamente dolorosa; pero con un fervoroso deseo de seguir emprendiendo sus aleteos y motivada por el privilegio de ser madre.

El propósito de vida en esta virtuosa es su hija. Verla crecer, alcanzar sus metas y sueños, se convierten en su mayor anhelo. Ocasionalmente, para ella está bien sentirse triste, frustrada, llorar o empezar de cero; pero sabe que lo importante es alzar el vuelo.

La esforzada mujer se mantiene firme, con una autoestima imitable, lo que le permite cuidar más de ella, tanto física como emocionalmente. El hecho de llevar cicatrices en su cuerpo ya no representa un desaliento. Permanece en silla de ruedas con sus piernas atrofiadas, mientras espera que una poderosa voz se levante a su favor para hacer justicia, recibir los cuidados que demanda, y así evitar otros daños colaterales.

Observemos su vuelo, que merece emulación, pero no nos quedemos con los brazos cruzados.


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